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viernes, 30 de noviembre de 2012

Libertad.


¿Somos completamente libres? Yo creo que no, nunca lo hemos sido y nunca lo seremos, algo siempre nos tiene atados. Siempre. Todo ser humano está atado por algo o por alguien, nadie tiene la suficiente libertad para hacer lo que quiera en cada momento, sin pensar en el que dirán, porque “el qué dirán”,  te echa para atrás la mayoría de las veces. No te deja ser del todo libre. Y aunque quieras, no puedes, y aunque digas que no, que no te importa, te importa y intentas que no te importe, y consigues que por una vez, sólo una vez, lo consigas. Hasta que un día, explotas. Y desde ahí, volverás a caer en lo mismo, hasta que vuelvas otra vez a creer en ti, para que no te vuelva a importar.  Y ese día en el que lo consigues, te sientes orgullosa de ti misma. Esa poca libertad que tenías la has aumentado, y sólo por creer en ti, por creer que podías hacer una cosa y la has conseguido, porque ningún obstáculo te tiene que impedir nada para tener tu libertad. Porque es tuya, y haces lo que quieres con ella. Nadie te tiene que impedir hacer lo que quieras hacer o al revés. Es tu vida, y en ella, decides tú. Que para algo que es tuyo, decides tú. Y cada uno es libre de pensar lo que quiera. Porque la otra persona es libre de pensar lo que quiera de ti, sí, pero con un mínimo de educación y respeto. Como yo también puedo pensarlo. Cada uno somos libres de hablar como queramos, de llevar un tipo de peinado, de vestir de una forma u otra, que no por llevar un peinado o una ropa te digan “Eso lo llevas por moda, en realidad no te gusta” Si lo levas será porque te gusta, ¿no? No porque esté de moda, que puede estar de moda, sí, pero te puede gustar. En eso podemos ser libres al 100% y eso nadie nos lo puede quitar. NADIE. Y otra cosa por la que no podemos ser absolutamente libres son los recuerdos. El pasado. Nos tiene atados, demasiado atados, y no nos deja avanzar, no nos deja ser del todo libres. Porque el pasado nunca se puede olvidar, por los recuerdos que recordamos siempre, porque un recuerdo nunca se puede borrar de tu mente, aunque quieras, porque aunque sea bueno o malo, está ahí y forma parte de tu presente, ese presente en el que queremos ser libres, pero para ello, primero hay que admitir nuestro pasado, nuestro feliz o amargo pasado. Sea como sea, es pasado, y hay que dejarlo atrás. Hay que pasar página, o directamente, cambiar de libro.
Y tu libertad, depende en cada momento de ti. 

Amistad.


La amistad. ¿Qué que es la amistad para mí? Para mí la amistad lo es todo. Absolutamente todo. Lo es todo por el simple hecho de que teniendo una buena amistad con determinadas personas, puedes ser feliz. Sí, feliz. La felicidad también puede entrar en el tema de la amistad, porque con ella, lo puedes ser, no sólo tienes que ser feliz por tener una pareja, también puedes ser feliz por tener una amistad. No hace falta que tengas una buena familia, o un buen trabajo, tienes que tener unos buenos amigos. Que estén ahí para todo, para lo bueno y no tan bueno. Sí, digo “No tan bueno” porque no creo que haya nada malo en esta vida, lo que hay son cosas que no nos gustan o que nos gustan. Para tener unos buenos amigos tú también debes de ser un buen amigo, y hacer las cosas que verdaderamente  te gustarían que te hicieran, que si a ti te gusta que te ayuden en todo lo posible, en que cuando no estás tan bien sepan apreciarte, tú también debes hacerlo. A la larga, esos pequeños detalles, se cuentan. Hay muchas clases de amistades, las que saben todo de ti y a pesar de ello, siguen contigo, las que han estado toda la vida contigo, la que han estado cada momento a tu lado, en las risas y en los lloros, las que cuando estás mal, sabes que hablando con esa persona que sabes que vas a tener miles de sonrisas detrás de una pantalla, teléfono o en su cara. Y a la larga, esas amistades, son las que sabes que van a durar toda la vida y esas, son las mejores. Las que en una tarde, te da tiempo a hacer un montón de cosas, desde reírte a carcajadas, llorar y volverte a reír a carcajadas. Y esa es la que puedes decir es mi “mejor amiga.” La que tú sabes todo de ella, que sabes cuando está mal, cuando está genial, cuando necesita un abrazo y cuando necesita que le digas todo lo genial que es, todo lo que vale, todo por lo que no puede derrumbarse, todo por lo que tiene que seguir adelante, con su sonrisa, sea falsa o no, pero es preciosa. Y no sólo las amistades buenas o las mejores son las que  llevas toda la vida con ellos, puede venir alguien con el que te lo pases el triple de bien que con ellas, con el que sepas el significado de la felicidad de que aun no conozco. Pero eso no quiere decir, que tengas que dejar las antiguas. “En tu vida puede entrar y salir quien quiera, pero si no saben si quedarse o salir, que no se queden en la puerta, que no les dejan entrar a los que verdaderamente quieren hacerlo.” 

jueves, 29 de noviembre de 2012

Fingir que no duele, duele el doble.

Alguien me dijo una vez “Fingir que no duele, duele el doble”. Tardaría mucho tiempo en darme cuenta de la razón que tenía esa frase,  pero desde que la comprendí, vivo con ella.  Pero… ¿Qué os voy a contar? Si esto nos ha pasado a todos. Todos hemos fingido que todo iba bien, nos hemos puesto una sonrisa en la cara y hemos sacado fuerzas de donde no las había para  aparentar, para que no preguntaran, porque no quedaba otra. Intentar ser feliz es complicado, cuando te das cuenta de que ya no os queda un futuro juntos, cuando ya no serás tú a la que abrace, a la que haga sonreír, cuando te das cuenta de que ya no serás tú a la que despierte a besos cada mañana o con un simple 'buenos días princesa, estabas preciosa en mis sueños', cuando te das cuenta de que a tu historia de “para siempre” le pusieron un punto final sin tú quererlo. Y te das cuenta de que tienes que ser fuerte, y seguir adelante, pero también te das cuenta de que ya no tienes razones para hacerlo. Cierras los ojos e intentas buscar una razón por lo que todo ha sucedido y por más que lo intentas no la encuentras, te sientes vacía por dentro, rota, esa pude ser la palabra. La cosa cambia cuándo estas sola, en tu habitación, las luces apagadas, tumbada en la cama, con los cascos puestos, sonando esa canción que refleja tus sentimientos en ese mismo instante, empieza a caer una lagrima de esos ojos que desde hace unos días brillan de dolor, de tristeza, tal vez de decepción, te quedas pensando que es lo que realmente está pasando, otra lagrima cae y entonces ahí es cuando te das cuenta de que eso es lo que necesitas, llorar, pasar días y días llorando en tu habitación sin ninguna compañía, excepto la de él y al saber que no va estar, que ya no va a volver te hace llorar con más fuerza, no tienes ganas de nada, te sientes sin fuerza... ¿para que seguir luchando si lo que quiero es tenerte a ti y no va a ser posible? Pero no, justo en ese momento en el que vas a mandarlo todo a la mierda, en el que tus ojos llegan a un rojo inalcanzable por haberte llevado un tiempo indefinido llorando, aparece un mensaje que dice: 'Tonta, ¿dónde estas? Te echo de menos' Sí, no es de él pero es de alguien que también te quiere y mucho, ahí es cuándo te das cuenta de que hay muchas personas que verdaderamente te valoran y te das cuentas de que el perder a una persona no te puede llevar a perder a cada una de las que verdaderamente te importan, asi que por este motivo es por el que sigo luchando día a día, mostrando tal vez sonrisas falsas, aparentando estar bien y pasando de todo, aunque por dentro esté destrozada.