Vistas de página en total

domingo, 15 de septiembre de 2013

''Echar de menos''. Qué ironía que algunos crean que con un par de palabras van a arreglar el daño que han hecho anteriormente. Qué ironía que crean que una simple frase es capaz de arreglar lo que no fueron capaces de arreglar con hechos. Así que ya sabes, si tienes cojones de pronunciar la frase tenlos también para hacer cualquier cosa por muy difícil que sea para cambiar la situación, por ver a esa persona o simplemente por cambiar tu relación con ella; es simple, un consejo.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un día cualquiera.

Domingo por la mañana. Pasos alrededor de tu cama. Tu madre. Gritos, más gritos. Tu hermana pequeña. Todo un constante: ''Ana, levántate ya. Es tarde. Venga Ana, quiero jugar. ¡VAMOS!''. Metes la cabeza debajo de la almohada, no quieres despertarte, empezar un nuevo día. Una mala racha. Rutina. Te levantas. Coges el móvil, ni un puto whatsapp, ni una llamada, nadie se acuerda de ti, nadie necesita tu ayuda. Pasas las horas tumbada en el sofá con el mando de la televisión en la mano. Te dispones a salir, comida familiar. Gente, mucha gente. Ruidos. Vibra el móvil, lo coges. Un whatsapp de tu amiga. Sólo es uno, se puede leer sin meterte en la aplicación: ''¿Hoy sales, puta?''. No sabes que responder, subes la pestaña, bloqueas el móvil y de nuevo lo metes en tu bolsillo. Llegas a casa. Te encierras en tu habitación. Música alta, no quieres ni oír el más mínimo ruido que pueda haber a tu alrededor. Piensas en el whatsapp de antes y coges el móvil. (¿Para qué voy a salir? ¿Para darle el coñazo a todas cuando ni yo misma me soporto? Muchas preguntas cuando ni yo misma encuentro explicaciones, la tarde se va a resumir en un constante ''¿qué te pasa?'' y no vas a saber que responder. Mejor quedate en casa Ana, es lo mejor.) Le haces caso a tu conciencia. Respondes con un; ''No, hoy no me apetece. Días malos. Una mala racha, ya si eso mañana''. Cruzas los dedos para que no haya preguntas, pero las hay. Ojos llorosos. Nudo en la garganta, Y ahí está, el típico '¿qué te pasa?'. Pero qué coño vas a responder si ni tú misma lo sabes, qué vas a responder cuando tu estado de ánimo no se puede definir con palabras, no estás bien pero tampoco estás mal, no tienes motivos, te sientes vacía. Preocupaciones. Te tumbas en la cama de un salto. Aprietas tu cabeza fuerte contra la almohada. No quieres saber nada de nadie. Rompes a llorar. Una lagrima cae por tus mejillas. No quieres llorar. No tienes motivos pero lo estas haciendo. Tu mano recorre tus mofletes intentando secarlas. Vas al baño, te miras en el espejo, te ríes. No sabes por qué estas llorando. Te lavas la cara y sales cómo si nada hubiera pasado. Sonríes pero sigues rota por dentro, y lo peor es que no sabes el porqué.

lunes, 22 de julio de 2013

Un día sin más aparezco otra vez.

Sigo viva. O al menos de carne y hueso. Ni me alegra ni me entristece, no sé, va por momentos, hay momentos en los que quiero desaparecer y otros en los que me gustaría ser inmortal. Sinceramente no sé que hago aquí, ¿remover el pasado? Dicen que cuando estás mal escuchas canciones deprimentes que te hacen sentir peor, y sí, ahora mismo no es que esté escuchando a Juan Magan, Henry Mendez o canciones motivantes y si a eso le sumas volver a leer todas las entradas antiguas del blog, pues claro... No es que mi estado de ánimo esté por las nubes, pero bueno, a esto no he venido, supuestamente he venido a desahogarme escribiendo letras al azar formando palabras en un blog que está olvidado ya, que nadie creo que vuelva a leer y eso me gusta porque tampoco nadie me va entender porque ni yo misma logro hacerlo. ¿Qué mas da lo que sienta? ¿O si me voy y no vuelvo? ¿Qué más le dará a todo el mundo si me da igual a mi? A la gente lo que le gusta es ilusionarme, darme esperanzas de algo que me gusta, hacer que confíe en ello y cuando le he puesto todas mis ganas a aquello que va a pasar, quitarme la ilusión de sopetón. ¡ZAS! Sin más, que más da cómo me sienta en ese momento o posteriores, sí claro, soy yo, esa que soporto casi todo y se calla. Esa que nunca pide explicaciones y a la que todo le parece bien, esa que se esfuerza para conseguir algo y que cuando está a punto de conseguirlo desaparece o mejor dicho, se lo quitan, igual que a un niño pequeño cuando le quitas un caramelo de las manos cuando estaba a punto de saborearlo, así más o menos es como me siento yo en estos momentos.