Vistas de página en total

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un día cualquiera.

Domingo por la mañana. Pasos alrededor de tu cama. Tu madre. Gritos, más gritos. Tu hermana pequeña. Todo un constante: ''Ana, levántate ya. Es tarde. Venga Ana, quiero jugar. ¡VAMOS!''. Metes la cabeza debajo de la almohada, no quieres despertarte, empezar un nuevo día. Una mala racha. Rutina. Te levantas. Coges el móvil, ni un puto whatsapp, ni una llamada, nadie se acuerda de ti, nadie necesita tu ayuda. Pasas las horas tumbada en el sofá con el mando de la televisión en la mano. Te dispones a salir, comida familiar. Gente, mucha gente. Ruidos. Vibra el móvil, lo coges. Un whatsapp de tu amiga. Sólo es uno, se puede leer sin meterte en la aplicación: ''¿Hoy sales, puta?''. No sabes que responder, subes la pestaña, bloqueas el móvil y de nuevo lo metes en tu bolsillo. Llegas a casa. Te encierras en tu habitación. Música alta, no quieres ni oír el más mínimo ruido que pueda haber a tu alrededor. Piensas en el whatsapp de antes y coges el móvil. (¿Para qué voy a salir? ¿Para darle el coñazo a todas cuando ni yo misma me soporto? Muchas preguntas cuando ni yo misma encuentro explicaciones, la tarde se va a resumir en un constante ''¿qué te pasa?'' y no vas a saber que responder. Mejor quedate en casa Ana, es lo mejor.) Le haces caso a tu conciencia. Respondes con un; ''No, hoy no me apetece. Días malos. Una mala racha, ya si eso mañana''. Cruzas los dedos para que no haya preguntas, pero las hay. Ojos llorosos. Nudo en la garganta, Y ahí está, el típico '¿qué te pasa?'. Pero qué coño vas a responder si ni tú misma lo sabes, qué vas a responder cuando tu estado de ánimo no se puede definir con palabras, no estás bien pero tampoco estás mal, no tienes motivos, te sientes vacía. Preocupaciones. Te tumbas en la cama de un salto. Aprietas tu cabeza fuerte contra la almohada. No quieres saber nada de nadie. Rompes a llorar. Una lagrima cae por tus mejillas. No quieres llorar. No tienes motivos pero lo estas haciendo. Tu mano recorre tus mofletes intentando secarlas. Vas al baño, te miras en el espejo, te ríes. No sabes por qué estas llorando. Te lavas la cara y sales cómo si nada hubiera pasado. Sonríes pero sigues rota por dentro, y lo peor es que no sabes el porqué.

No hay comentarios:

Publicar un comentario